Elección de los colores de la paleta
Cada pintor establece su paleta mediante una elección muy madurada, gracias a su experiencia y a su sensibilidad propias. Sabe lo que puede obtener de sus colores, en masa y en transparencia, y los tonos que derivan de ellos por mezcla. Imaginemos que queremos pintar una marina de Ibiza, que refleje sus aguas turquesa tan características, con los veleros fondeados.
Por lo tanto , en este conjunto hay un fondo básico que no podemos trastocar. Pero evolución no es revolución. El artista está ávido de mejoras. Por ello, probará con gusto un nuevo color y , si representa un progreso, se colocará junto a los otros u ocupará el lugar de uno menos bueno.
Este procedimiento lógico no data de nuestros días. Así hacían los antiguos maestros. Es la suma de estas experiencias individuales, de logros y de eliminaciones la que determina la evolución de la paleta. De forma parecida, ésta continuará después de nosotros, en función de los logros de la química.

Fabricación de los colores al óleo
Las pinturas al óleo están constituídas por pigmentos triturados, incorporados a un aglutinante, un aceite mas o menos secante, como el de linaza, de nuez, de adormidera, de cártamo o de soja.
El remojo de los pigmentos en polvo se efectúa con aceite en una trituradora parecida a las artesas mecánicas de panadería. Esta pasta se realiza para poder incorporar al pigmento una mezcla de componentes complementarios y de aditivos como los productos secantes, los agentes conservantes. Estos productos se dosifican en función de la naturaleza química del pigmento cuyos defectos hay que corregir para hacerlos compatibles entre sí. Esta operación de mezcla se llama empaste.
La segunda operación se llama pistura. La pasta se machaca contra una materia dura, el color se hace liso, brillante, oleoso y normalmente coloreado. La pistura se realiza en una trituradora de cilindro. El tiempo de pistura varía según la dureza del pigmento y la calidad final deseada.
La calidad de un color al óleo se define por su fineza, su homogeneidad y por su color de la pasta. Se entiende por fineza la buena dispersión de los granos de pigmento en el aglutinante.
Cuanto mayor es el número de pisturas, menor es el de agregados y más lisa, homogénea y uniformemente coloreada resulta la pasta. Para conservar las características propias de cada matiz desde mas de 200 años , se utiliza un matizador de referencia que permite comparar el color obtenido tras la pistura con el deseado.
El almacenamiento de las pastas constituye la última fase del proceso, puede ocupar un período de hasta 3 meses. Permite rechazar el exceso de aceite que queda en la parte superior de las vasijas.